jueves, 13 de enero de 2011

Todas las manos todas...

Hermosa trilogía se ve por estos días circular por los blogs, Twitter y demás destinos 2.0, trilogía nefasta que conforman "El Kirchnerometro", "El Peronometro", y "El Progrerometro", en fin, a todos aquellos que lo utilizan podríamos agruparlos, y medirlos claramente, con el "El Boludometro".

El querido Mendieta subía en su blog un texto, Haya Paz, breve pero puntual sobre su postura con respecto a esta cuestión de andar midiéndose, tomando ese post desarrollo un poco mi parecer, humilde pero mío.

Si hacemos un poco de historia, que nunca viene mal, y nos remontamos al espacio que llevo a Juan Domingo Peron al gobierno en las elecciones del 24 de febrero de 1946, este estaba conformado por la UCR Junta Renovadora, el Partido Laborista y el Partido Independiente, sumando los muchachos que venían de FORJA. Avancemos para no aburrir, en 1972 se armo El Frente Justicialista de Liberación Nacional, también conocido como Frejuli, que fue una alianza electoral del PJ con otros partidos menores, que presentó a las elecciones de marzo de 1973 como sus candidatos a Héctor José Cámpora y Vicente Solano Lima. Y llegamos al 2003, se presenta a las elecciones el FPV (Frente para la Victoria) que esta integrado por sectores del PJ pero también por otras fuerzas políticas como el Partido Humanista, el Frente Grande, el Partido Comunista, el Partido Intransigente, la Alianza Nuevo Encuentro, el Partido Verde, la Agrupación Social Barrios de Pie, Convergencia K, entre otras.

Resumiendo, sin todos no se gana nunca pero sin los piecitos en el PJ tampoco. Pero leamos algo de la plataforma del FPV “En síntesis, imaginar y construir un nuevo país requiere convicción y capacidad para unir los pedazos de una sociedad fragmentada y la voluntad de hacerlo, no desde un solo partido político, sino desde la conformación de un gran frente nacional que nos devuelva convertida en Nación a una Argentina que no puede esperar más”. Che, quedo claro, no?

El desafío que tenemos este año, los Peronistas, los Kirchneristas, los Progresistas, todos juntitos, es el de construir un espacio capaz, en principio, de no perder espacios de poder, seamos claros sin los espacios de poder es imposible llevar a cabo las políticas que sostenemos mejoraran la vida de los argentinos, luego, el espacio tiene que recuperar espacios de poder que hoy en día no le pertenecen (Hola CABA), en definitiva, los Peronistas deben entender que frente al autoritarismo de las minorías, hoy encarnadas en los Medios Concentrados, la SRA, etc., el General organizo un movimiento Nacional y Policlasista, destinado a reunir a todas las victimas de esas minorías, toda victima o sector de la sociedad que se sienta atacada por las minorías, que manejan en gran parte el país, son bienvenidas al movimiento. A los Progres, amiguitos lindos, les dejo una frase de Juan Domingo “Yo estoy para llevar a todos, buenos y malos, porque si quiero llevar solo los buenos voy a quedar con muy poquitos, y en política con muy poquitos no se puede hacer mucho…Muchas veces llega un tipo al que le daría una patada y le tengo que dar un abrazo. Pero la Política es así: es un juego de utilidad, tolerancia y paciencia”.

Se hizo mucho, falta mucho mas…lo importante es que la política retorno, que la idea de la política como brazo ejecutor de las medidas que mejoren la calidad de vida de los argentinos se instalo y se va a quedar muchos años. No seamos pejeriles no nos andemos midiendo, pisándonos la cola, si en definitiva nos necesitamos todos…



martes, 11 de enero de 2011

Profundizar...Lo que?


No pregunten como, ni por que, la cuestión es que lo tenia ahí, a menos de un metro, en la silla de al lado. Es un tipo de mirada franca, de mirada dura pero amable, te responde mirándote pero sin dejar de observar lo que pasa alrededor, siguiendo los movimientos del ambiente. Ahí estaba hablando conmigo Emilio Persico, el militante por momentos, el padre por otros, y hasta el crítico de cine, si, se le animo al cine porque la charla fue descontracturada.

En un momento le comente a Emilio que varios veníamos discutiendo que era “profundizar el modelo”, que había dos posturas, una que sostiene que profundizar es gestionar lo que ya se tiene, mas beneficiarios de la AUH, aumento para los jubilados y mas jubilados, mas paritarias etc., y que había otra postura, mas romántica, que sostiene que hay que ir por nuevas leyes o emprendimientos, ley de entidades financieras, ley de tierras, nacionalización de YPF, etc., me lo quede mirando, como esperando que optara por mi opción, pero no. Emilio sostuvo que ninguna de las dos opciones es profundizar el modelo como si lo seria devolverle la política a los sectores más humilde de la sociedad, que la política deje de ser burgués, o mejor dicho, que las posiciones donde se toman decisiones dejen de ser ocupadas por burgueses. Me quede pensando un segundo, y en voz alta dije, claro, porque si ocupan esos lugares van a tomar decisiones que afecten las necesidades del sector que representan, me sentí brillante y estupido a la vez, Emilio solo esbozo una mueca parecida a una sonrisa.

La tarde siguió con varias charlas, pero esa idea de profundizar me quedo flotando, hoy leo al Chino Navarro diciendo “Debemos disputar la vicegobernación”, y, mientras anoto un poroto en la columna de la coherencia discursiva, pienso que quizas así el voto a Scioli se volvería menos doloroso para algunos Progres ,o no, nunca se sabe con ellos, capaz sigan pidiendo una colectora a gritos.

En definitiva, la idea, lo importante es seguir pensando, debatiendo, peleándose, en ese proceso nos enriquecemos todos, pero solo en el verano, el año nos apura muchachos, a trabajar, a trabajar…


martes, 4 de enero de 2011

Si Discépolo viviera, si charlara con Mordisquito…


Bueno, mira, lo digo de una vez. Yo no lo inventé a Néstor. Te lo digo de una vez, así termino con esta pulseada de buena voluntad que estoy llevando a cabo en un afán mío de liberarte un poco de tanto macaneo. La verdad: yo no lo inventé a Néstor ni a Cristina.

Ellos nacieron como una reacción a tus malos gobiernos. Yo no lo inventé a Néstor ni a Cristina ni a su doctrina. Los trajo, en su defensa, un pueblo a quien vos y los tuyos habían enterrado en un largo camino de miseria.

Nacieron de vos, por vos y para vos. Esa es la verdad. Porque yo no lo invente a Néstor, ni a Cristina. Los trajo esta lucha salvaje de gobernar creando, los trajo la ausencia total de leyes sociales que estuvieran en consonancia con la época. Los trajo tu tremendo desprecio por las clases pobres a las que masacraste, desde el 19 y 20/12 a Puente Pueyrredon, porque pedían un mínimo respeto a su dignidad de hombres y un salario que les permitiera salvar a los suyos del hambre. Sí, del hambre y de la terrible promiscuidad de sus viviendas en las que tenían que hacinar lo mismo sus ansias que su asco.

No. Yo no lo invente a Néstor ni a Cristina. ¡Vos los creaste! Con tu intolerancia. Con tu crueldad. Con la misma crueldad aquella del candidato a presidente, ex presidente, que manejaba impunemente su Ferrari ante los ojos llenos de hambre de millones de compatriotas.

Sí, yo sé que te fastidia que te lo recuerde. Es claro, pero vamos a terminarla de una vez. Porque yo no lo invente a Néstor ni a Cristina. Los trajo la injusticia que presidía el país. Porque a fuerza de hacer un estilo de tanto desmán, termino por parecerte correcto lo más infame. Claro, a vos no te alcanzaba esa injusticia. Tendrías, como un señor que yo conocía y que iba todos los meses a cobrarlo, un puesto de periodista independiente para cubrir sus gastos, que se lo pagaban oficialmente, y un sueldo para salir en el Gran Diario Argentino. Yo me acuerdo de Papel Prensa. Y vos también. Aquella mafia siniestra que se apodero solo para aterrorizar gente y mentir a mansalva. No, si la memoria fastidia. Pero yo no lo invente a Néstor ni a Cristina. Los trajo la estulticia que manejaba el país. Mira, si vos hubieras estado en la Plaza de Mayo como yo y como tantos, en Diagonal Norte, y hubieras visto morir primero a aquellos Compañeros, luego a decenas y hubieras visto golpear a las Abuelas y las Madre por una “gloriosa” institución que nos llena de vergüenza, no hubieras formado nunca más parte de ese partido que integras por amor propio y quizás por ignorancia de tantos hechos delictuosos que son los que empezaron a preparar la llegada de Néstor y Cristina. En un país milagroso de rico, arriba y abajo del suelo, la gente muerta de hambre. Los maestros sirviendo de burla en lugar de hacer llorar porque estaban sin cobrar un año entero. ¡No! ¡Y todo vendido! ¡Y todo entregado!

Yo sé que te da rabia que te lo repitan tantas veces, pero es que entristece también pensar que no lo queres oír. El otro día en un discurso oí que decías refiriéndote a un

Gobierno de 1918: “Ya por ese entonces los obreros gozaban… ¿De qué gozaban? ¡Los gozaban!, que no es lo mismo. Y sí, Mordisquito, ¡los gozaban!

La nuestra es una historia de civismo llena de desilusiones. Cualquiera fuese el color político que nos gobernó, siempre la vimos negra. Aspiramos a gozar y al final nos gozaron. ¡Todos! ¡Siempre!

Una curiosa adoración, la que vos sentís por los pajarones, hizo que el país retrocediese cien años. Porque vos tenes la mística de los pajarones y practicas su culto como una religión. Cuanto más pajarón él, más torpe y más crédulo vos. Te gusta oír hablar a la gente que no le entendes nada; la que te habla claro, te parece vulgar. Yo también entre como vos y, ¿por qué no confesarlo?, me sentía más conmovido frente a un pajarón que frente a un hombre de talento. El pajarón tiene presencia, tiene historia, larga, la que casi siempre empieza con un tatarabuelo que era pirata. Yo también me sentía dominado por los pajarones cuando era chico. Ahora, ¡no! Cuando era chico, sí. ¡Pero no ahora, Mordisquito! Sálvate de los pajarones. El fracaso, por no decir la infamia, de los pajarones fue lo que trajo como una defensa a Néstor y a Cristina. Pero no fui yo quien los inventó.

A Néstor lo trajo la injusticia y el dolor de un pueblo que se ahogaba de harina blanca y una vez tuvo que inventar un pan radical dé harina negra para no morirse de hambre. O reinventar el trueque. Tampoco te lo acordabas. ¡Ay, Mordisquito, que desmemoriado te vuelve el amor propio!

Te dejo. Con tu conciencia. ¡Néstor es tuyo! ¡Vos lo trajiste! ¡Y a Cristina también! Por tu inconducta. A mí lo único que me resta es agradecerte el bien enorme que sin querer le hiciste al país. Gracias te doy por Él y por Ella, por la patria que los esperaba para iniciar su verdadera marcha hacia el porvenir que se merece. ¡A mí ya no me la podes contar, Mordisquito! Hasta otra vez, sí. Hasta otra vez.









Versión libre sobre el texto leído por Discépolo el 10 de noviembre de 1951, en Radio Nacional, un día antes de las elecciones que concluyeron con el triunfo de Perón. “Gracias al voto de las mujeres y a Mordisquito ganamos las elecciones de 1951”, diría Perón tiempo después.

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